Auditoría de cuentas: qué es, cuándo es obligatoria y cómo pedirla
08 Julio 2025

Una auditoría puede ser una gran aliada para saber en qué punto está tu empresa, prevenir riesgos y ganar credibilidad ante inversores, socios, bancos o incluso Hacienda.
Sigue leyendo para informarte sobre qué es una auditoría de cuentas, cuándo es obligatoria, cómo se solicita (o quién puede pedirla), y por qué puede ser más útil de lo que crees, incluso cuando nadie te la exige.
¿Qué es una auditoría de cuentas?
Una auditoría de cuentas es simplemente una revisión minuciosa e independiente de las cuentas anuales de una empresa. El objetivo que tiene es verificar que los estados financieros reflejan de forma fiel la situación económica y patrimonial de la compañía, conforme a la normativa contable vigente.
La tiene que llevar a cabo un auditor o sociedad auditora inscrita en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC). Se trata de confirmar que las cuentas están bien formuladas, sin errores significativos ni omisiones, y que se han seguido criterios contables correctos y transparentes. Puede sonar demasiado lioso, pero en el fondo si lo estás haciendo bien, puede ser muy útil.
¿Es lo mismo una auditoría interna que una auditoría legal?
No. En este artículo vamos a centrarnos en la auditoría externa obligatoria o voluntaria, que es la que regula la ley. Pero te damos unas pinceladas para que tengas una visión general sobre el tipo de auditorías más comunes:
- Auditoría legal: la que exige la normativa mercantil cuando se superan ciertos umbrales o en casos concretos.
- Auditoría voluntaria: la que solicita la propia empresa (o un socio, si se cumplen requisitos), aunque no esté obligada.
- Auditoría interna: es un proceso interno que hace la propia empresa, con sus medios, para controlar riesgos, procesos y sistemas. Esta no tiene validez ante terceros como en el caso de la legal.
¿Cuándo está obligada una empresa a auditar sus cuentas?
Según la Ley de sociedades de capital y la Ley de auditoría de cuentas, una empresa está obligada a someter sus cuentas a auditoría si durante dos ejercicios consecutivos cumple dos de estas tres condiciones:
- Que el activo total supere los 2.850.000 euros.
- Que la cifra de negocios anual supere los 5.700.000 euros.
- Que el número medio de empleados durante el ejercicio sea superior a 50 trabajadores.
Además, existen otros casos específicos en los que se exige auditoría, aunque no se alcancen los umbrales mencionados anteriormente:
- Empresas que cotizan en Bolsa o están participadas por entidades públicas.
- Entidades sin ánimo de lucro que reciban subvenciones superiores a ciertos límites.
- Sociedades que forman parte de un grupo consolidado.
- Empresas que reciben subvenciones o ayudas públicas de más de 600.000 €
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¿Quién puede pedir una auditoría si no es obligatoria?
Aunque no estés obligado por ley, hay casos en los que una auditoría puede pedirse por otras vías:
A petición de los socios: Si uno o varios socios minoritarios representan al menos el 5 % del capital social, pueden solicitar al Registro Mercantil una auditoría externa de las cuentas anuales. El plazo para hacerlo es de tres meses desde el cierre del ejercicio. El Registro designará un auditor independiente que emitirá su informe, y la empresa deberá colaborar facilitando toda la información necesaria.
A petición de un inversor, entidad bancaria o comprador: Aunque no sea un requisito legal, muchas entidades piden auditorías voluntarias para validar la situación financiera de una empresa antes de financiarla, invertir en ella o comprarla.
¿Cómo se solicita una auditoría?
Si es una auditoría obligatoria, el nombramiento del auditor debe realizarse por la junta general de socios (o administrador), antes de que finalice el ejercicio a auditar. Y si no se nombra a tiempo, cualquier socio puede pedirlo al Registro Mercantil.
En el caso de una auditoría voluntaria, basta con acordarlo en junta o contratar directamente al auditor, que debe estar inscrito en el ROAC (Registro Oficial de Auditores de Cuentas).
En ambos casos, el auditor emitirá un informe que se adjuntará a las cuentas anuales antes de depositarlas en el Registro Mercantil.
¿Qué podremos ver en ese informe de auditoría?
El informe incluirá una opinión sobre si las cuentas reflejan la imagen fiel de la empresa, la explicación de los procedimientos realizados y posibles salvedades, advertencias o limitaciones encontradas a la hora de realizarla. Cabe señalar que puede haber distintos tipos de opinión:
- Favorable sin salvedades: todo correcto.
- Favorable con salvedades: hay errores relevantes.
- Desfavorable: las cuentas no reflejan la realidad.
- Denegada: el auditor no ha podido acceder a la información suficiente.
Hay que tener cuidado con no presentar el informe cuando es obligatorio. Puede acarrear sanciones o incluso responsabilidad de los administradores.
¿Qué beneficios tiene hacer una auditoría aunque no sea obligatoria?
Podría parecer un gasto innecesario, pero auditar tus cuentas puede darte ventajas competitivas y seguridad, ¿cómo?
- Mejora la confianza de inversores, proveedores y clientes.
- Refuerza la imagen de transparencia y profesionalidad.
- Detecta errores o fraudes internos.
- Aporta claridad en procesos de venta, fusión o inversión.
- Asegura que se cumplen correctamente las normas contables.
Para muchas pymes que están creciendo, anticiparse a la auditoría obligatoria les da tranquilidad y buena reputación.
En resumen
La auditoría de cuentas puede ser una herramienta clave para garantizar que tu empresa está haciendo las cosas bien y demostrarlo ante terceros. Y si no sabes si estás obligado, si puedes pedirla como socio, o cómo se contrata, en Legálitas Negocios podemos ayudarte a analizar tu caso, revisar tus obligaciones y guiarte paso a paso para que todo esté claro y en regla.