¿Cuáles son las diferencias entre una actividad empresarial y una actividad profesional?

01 Octubre 2025

Por Redacción

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¿Cuáles son las diferencias entre una actividad empresarial y una actividad profesional?

Emprender implica tomar decisiones desde el primer día y familiarizarte con ciertos conceptos determinantes para el desarrollo de tu negocio. Uno de los primeros es entender si tu actividad se considera empresarial o profesional. Sus implicaciones legales, fiscales y de seguridad social son distintas y elegir correctamente desde el principio te ahorrará problemas y contribuirá a optimizar tus recursos.

En España, esta distinción se apoya en diversas normas como la Ley del IVA, el Estatuto del Trabajo Autónomo, el Reglamento del IAE y la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), que establecen cómo se debe catalogar cada actividad. Gracias a esta regulación, tanto Hacienda como la Seguridad Social pueden identificar tu caso y aplicar los regímenes fiscales y de cotización que correspondan.

¿Qué es una actividad empresarial?

Entendemos por actividad empresarial aquella en la que se organizan recursos materiales y humanos para producir o distribuir bienes o servicios con fines de lucro. En ellas, el riesgo económico recae sobre el empresario. Dicho de otra forma, si el proyecto no tiene éxito, las pérdidas son suyas. Además, estas actividades suelen requerir inversión en infraestructura, contratación de personal o adquisición de maquinaria.

Ejemplos típicos de actividades empresariales son los comercios, los restaurantes, las actividades de construcción o reformas, la producción o los servicios de transporte de mercancías o pasajeros, entre otros. 

Desde el punto de vista fiscal, las actividades empresariales están sujetas al IVA y han de cumplir con obligaciones contables más estrictas que las profesionales. También pueden estar sujetas a determinadas retenciones de IRPF y deben llevar libros contables, según el Plan General de Contabilidad (PGC).

¿Qué es una actividad profesional?

Por su parte, una actividad profesional se centra en la prestación de servicios basados en conocimientos o habilidades especializadas. La característica principal es que no requiere la organización de grandes medios materiales ni la contratación de personal complejo. Lo que importa es la cualificación del profesional y la calidad de su servicio.

Algunos ejemplos de actividades profesionales son los abogados, asesores legales, profesionales sanitarios, arquitectos, ingenieros, aparejadores, psicólogos, terapeutas, consultores y contables, entre otros. 

Fiscalmente, los profesionales también están sujetos a IVA y IRPF, pero en muchos casos cuentan con regímenes simplificados. Además, suelen aplicar retenciones de IRPF directamente en las facturas, lo que facilita la gestión fiscal. La actividad profesional implica menos riesgo económico que la empresarial.

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¿Qué diferencias básicas encontramos entre actividad empresarial y profesional? 

En la práctica hay varios factores que distinguen claramente ambas actividades.  Las detallamos 

Naturaleza de la actividad

La actividad profesional se centra en el ejercicio personal y directo de una labor basada en la cualificación, conocimientos o habilidades específicas del trabajador. Un abogado, un médico o un arquitecto ejercen su profesión de forma personalísima, siendo su conocimiento el principal valor del servicio.

En cambio, la actividad empresarial implica la existencia de una organización estructurada de medios materiales y humanos destinada a producir bienes o servicios. Aquí lo esencial no es la intervención directa del empresario, sino la organización del negocio y la asunción del riesgo económico.

Organización de medios

En la actividad profesional, los medios materiales suelen ser accesorios: un despacho, un ordenador o las herramientas necesarias para ejercer la profesión. Por el contrario, en la actividad empresarial el éxito depende de la estructura organizada, con empleados, maquinaria, locales o sistemas de producción. Se valora más la capacidad de gestionar recursos que la aportación personal del titular.

Asunción del riesgo

El profesional asume un riesgo limitado, ya que la prestación depende de su propio trabajo. Es decir, si deja de trabajar, deja de generar ingresos. En el ámbito empresarial, el empresario asume un riesgo económico mayor, ya que puede obtener beneficios, pero también pérdidas, independientemente de su implicación directa en la producción o prestación del servicio.

Diferencias fiscales

Desde el punto de vista tributario, la actividad profesional está sujeta normalmente a retención en factura y suele tributar en estimación directa simplificada en el IRPF. La actividad empresarial, en cambio, puede tributar en estimación directa normal, simplificada o incluso en módulos, dependiendo del volumen de operaciones. 

Perspectiva mercantil

El profesional ejerce a título personal y, aunque puede organizarse en sociedades profesionales, su actividad sigue vinculada a su cualificación. El empresario, por su parte, puede operar como autónomo persona física o mediante sociedades mercantiles, lo que le permite separar su patrimonio personal del empresarial y escalar el negocio con mayor facilidad.

Responsabilidad legal

En la actividad profesional, la responsabilidad recae directamente sobre el propio profesional, ya que responde personalmente de los errores o negligencias en su trabajo. En la actividad empresarial, la responsabilidad puede limitarse si se actúa a través de una sociedad mercantil, lo que protege el patrimonio personal del empresario frente a las deudas de la empresa.

Relación con la clientela

El profesional suele mantener una relación directa y personal con el cliente, que busca sus servicios por la confianza en su experiencia o reputación individual. En la actividad empresarial, la relación es más impersonal y comercial, pues lo que se contrata es el producto o servicio ofrecido por la organización y no demanda necesariamente la intervención directa del titular.

Preguntas frecuentes sobre las diferencias entre una actividad empresarial y una actividad profesional

¿Puedo realizar ambas actividades a la vez?

Un autónomo puede desarrollar actividades empresariales y profesionales, siempre que se den de alta en los epígrafes correspondientes del IAE.

¿Qué pasa si me doy de alta en el tipo equivocado?

Hacienda puede sancionar errores en la clasificación de la actividad y exigir regularizaciones fiscales. Es recomendable corregirlo lo antes posible.

¿Cómo afecta a la Seguridad Social?

Las bases de cotización y las cuotas a pagar son diferentes. Los profesionales pueden tener una cotización basada en sus ingresos reales, mientras que los empresarios suelen tener bases más amplias según actividad y riesgo.

¿Es importante para la financiación y préstamos?

Los bancos y entidades financieras suelen valorar de forma distinta un negocio empresarial y una actividad profesional a la hora de conceder préstamos.

Si desarrollas una actividad empresarial o profesional en Legálitas Negocios podemos ayudarte con cualquier trámite. Ofrecemos un servicio integral de asesoría legal y gestoría adaptado a tus necesidades. Si quieres ganar tranquilidad y seguridad, lo mejor es dejarlo en manos expertas.

Referencias legales:

Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido

Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo

Real Decreto Legislativo 1175/1990, de 28 de septiembre, por el que se aprueban las tarifas y la instrucción del Impuesto sobre Actividades Económicas

Real Decreto 10/2025, de 14 de enero, por el que se aprueba la Clasificación Nacional de Actividades Económicas 2025 (CNAE-2025)

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