Planifica tus vacaciones

07 Julio 2015

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De cara al periodo estival en el cual nos encontramos, es recomendable conocer cuáles son nuestros derechos como consumidores con el fin de saber cómo actuar en cada situación que se nos plantee.

En este sentido, es interesante diferenciar entre el antes, el durante y el después:

  • Antes de consumir, debemos saber que cuestiones como la publicidad, la oferta, el presupuesto y el precio constituyen los pilares básicos que van a decantar nuestras preferencias a la hora de consumir, a la hora de comprar y a la hora de contratar.
  • Mientras se consume debemos tener muy presente el contrato o las condiciones de contratación como marco regulatorio o “reglas del juego” entre las partes a fin de exigir nuestros derechos o cumplir con nuestras obligaciones; en segundo lugar las facturas o tickets como elementos esenciales para el caso de tener la necesidad que reclamar y, por último, el régimen de garantías asociados al producto o servicio contratado.
  • Y, por último, después de consumir, no perder de vista la prestación de los servicios postventa, la atención a los defectos o vicios ocultos y, por último, conocer los mecanismos de reclamación a través de los organismos oficiales como Oficinas Municipales de Información al Consumidor y Juntas Arbitrales de Consumo.

Si para disfrutar de esas ansiadas vacaciones se ha optado por el avión como método de transporte y se quiere viajar con la mascota, debemos tener en cuenta que cada compañía aérea establece sus propias condiciones de transporte. En bodega o en cabina dependiendo del tamaño y peso del animal y siempre previa autorización del Centro de Reservas de la aerolínea. Por ello, antes de contratar el vuelo, es muy importante que se informe pormenorizadamente de estas condiciones para evitar imprevistos desagradables a la hora de coger el avión que nos lleva a nuestro destino vacaciones.

Si, la opción elegida es el vehículo particular, es conveniente realizar una revisión previa del vehículo para intentar reducir al máximo los imprevistos que puedan surgir una vez nos pongamos en carretera.

Tanto una inspección rutinaria por nuestra parte en cuanto a los niveles y líquidos de nuestro vehículo o, en su caso, una actuación más profesional a cargo de los talleres especializados nos servirá para evitar desagradables sorpresas que pueden llegar a arruinar nuestra vacaciones.

Además, debemos recordar que cualquier actuación de reparación o mantenimiento por parte de los talleres especializados tiene una garantía mínima legal de 3 meses o 2.000 kilómetros, lo que antes ocurra.

Gerardo Ruiz

Abogado de Legálitas

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