Qué es el capital circulante de un negocio
11 Diciembre 2025
Poner el foco exclusivamente en vender más o en reducir costes en una empresa es una estrategia que se revela incompleta. Porque olvidarse de mirar algo tan básico como la capacidad de operar en el día a día siempre es un error. ¿Puedes pagar a tus proveedores este mes? ¿Tienes dinero suficiente en caja para hacer frente a los sueldos? El capital circulante, también llamado fondo de maniobra o working capital, desempeña un papel que debe tenerse muy en cuenta en cualquier emprendimiento.
Hablamos de un concepto financiero que es mucho más que un tecnicismo contable: es el oxígeno diario que necesita tu empresa para mantenerse en pie. No importa si tu empresa crece o si tienes grandes contratos firmados. Si no puedes cubrir tus obligaciones inmediatas, el negocio corre peligro. ¿Quieres saber más? Vamos a ello.
¿Qué es exactamente el capital circulante?
Se trata del resultado de restar al activo corriente (es decir, lo que tienes a corto plazo) el pasivo corriente (lo que debes a corto plazo). En caso de que el resultado sea positivo, significa que tienes margen financiero. Si es negativo, podrías estar usando recursos a largo plazo para financiar tu actividad diaria o a corto plazo. Y eso nunca es buena noticia.
Para que lo entiendas de forma más visual, esta es la fórmula:
Capital circulante o Fondo de Maniobra = Activo corriente - Pasivo corriente
Este indicador tiene la capacidad de reflejar si tu negocio es solvente a corto plazo. A diferencia del beneficio neto, que puede incluir ingresos que todavía no se han cobrado o amortizaciones no monetarias, el capital circulante pone el foco en lo inmediato. Es decir, responde a una pregunta esencial para cualquier negocio: ¿existe dinero real para pagar lo urgente? Lo vemos con un ejemplo.
Una empresa tiene 30.000 euros en bancos, 10.000 euros en facturas pendientes de cobro y otros 10.000 euros en stock. Por otra parte, debe pagar 40.000 euros en los próximos 3 meses. Con estos datos, llegamos a estos conceptos.
Activo corriente: 30.000 + 10.000 + 10.000: 50.000 euros.
Pasivo corriente: 40.000 €
Capital circulante: 50.000 - 40.000: 10.000 euros
Esto quiere decir que la empresa, con el dinero disponible en bancos, cobrando la deuda de los clientes, y liquidando su stock, puede atender su deuda a corto plazo con un margen o excedente de 10.000 euros para seguir operando.
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¿Por qué es tan importante el capital circulante?
Más allá de las cuentas de resultados, existen multitud de casos de empresas con beneficios que han tenido que cerrar por falta de liquidez. Y es que la tesorería es casi siempre el primer síntoma de problemas. El capital circulante es la radiografía más clara y se trata de un indicador esencial por varios motivos.
- Asegura la continuidad operativa. Si no puedes pagar a tiempo, es posible que pierdas proveedores o tengas que frenar la producción. Tener margen protege a la empresa de imprevistos.
- Evita sanciones y recargos por impagos de impuestos o cotizaciones.
- Da confianza a bancos e inversores y reduce la dependencia de financiación con préstamos. No en vano, estamos ante uno de los ratios más analizados en una auditoría financiera.
- Permite aprovechar oportunidades, como comprar stock, invertir en infraestructura, o asumir nuevos clientes en una expansión comercial.
No podemos olvidar tampoco los aspectos puramente normativos. La Ley 16/2007 establece la obligación de reflejar de forma clara los activos y pasivos corrientes en las cuentas anuales, lo que también da visibilidad al capital circulante en cualquier análisis financiero. Además, la ley indica los principios de valoración de dichos activos y pasivos, lo que afecta directamente a la medición de los componentes de este capital.
¿Cómo saber si tu capital circulante es sano?
Lo cierto es que es una respuesta que varía según el tipo de empresa. Cada caso es un mundo y, por ejemplo, un comercio minorista puede necesitar más fondo de maniobra que una empresa de software que tenga ingresos recurrentes. En todo caso, un capital circulante positivo es una señal saludable por lo general.
Encontramos varios indicadores que nos sirven como referencia.
- Un índice de liquidez (activo corriente / pasivo corriente) superior a 1,5 e inferior a 2, ya que presupone que se puede operar sin problemas y se tiene liquidez a corto plazo.
- Si el resultado es inferior a 1, suele significar que tu negocio tiene más deudas a corto plazo que recursos inmediatos. Esto es una clara llamada de atención.
- Aunque pueda parecer lo contrario, un capital circulante excesivamente alto no es en sí positivo, ya que indica que dispones de recursos ociosos que podrían reinvertirse o utilizarse para liquidar deudas a corto plazo.
- Una acción que no puede faltar es el análisis de la evolución del capital circulante en diferentes ejercicios. Aunque sea positivo, si la tendencia es a disminuir es una advertencia clara de que la empresa ha perdido solvencia a corto plazo.
¿Qué factores afectan al capital circulante?
Si sabes qué es lo que influye en el fondo de maniobra, seguro que serás capaz de gestionarlo mejor. A veces no se trata de ingresar más, sino de ajustar los tiempos entre cobros y pagos.
- Política de cobros y pagos. Si tus clientes te pagan a 60 días, pero tú pagas a proveedores a 30, estás financiando a tus clientes sin obtener nada a cambio.
- Gestión de inventarios. Si existe stock acumulado se está inmovilizando capital. Aquí es recomendable hacer inventarios rotativos o vender excedentes. En definitiva, liberar recursos sin afectar el servicio al cliente.
- Mide cuánto tiempo pasa desde que compras materia prima hasta que cobras la venta. Cuanto más corto sea, menos capital necesitas.
- Una parte del capital circulante se puede reforzar con crédito. Pero cuidado: si todo se basa en préstamos a corto, una repentina bajada de ingresos puede generar un efecto dominó.
¿Cómo mejorar el capital circulante de tu empresa?
Ahora que sabes lo que es y qué lo afecta, te damos algunas acciones prácticas y adaptadas a la realidad de una pyme o autónomo.
- Revisa tus condiciones con clientes y proveedores. Negocia mejores plazos, descuentos por pronto pago o incluso pagos anticipados. No olvides que la Ley 15/2010, establece un plazo máximo de 60 días para pagos entre empresas, salvo acuerdo expreso.
- Aplica estrategias de tesorería activa. Invierte el exceso de liquidez a corto plazo en instrumentos seguros, rentables, y líquidos (que puedas obtenerlo de vuelta con facilidad), como pagarés o cuentas remuneradas.
- Solicita financiación adecuada. Opta por líneas (pólizas) de crédito rotativo y evita el sobreendeudamiento a corto plazo con préstamos.
- Haz previsiones realistas. Proyecta ingresos, pagos, y necesidades de caja a tres o seis meses vista. Esto te permitirá anticiparte y no reaccionar a última hora.
No se trata solo de cuadrar los números del año o presentar una cuenta de resultados positiva. La salud real de tu empresa se ve en su capacidad para hacer frente a lo inmediato; liquidez y solvencia. Y ahí, el capital circulante es el rey. Consulta con Legálitas Negocios para toda consulta o gestión al respecto.
Referencias legales:
