El empleado de la gasolinera se equivocó de combustible, pero gracias a Legálitas le indemnizaron con más de 300 euros

En nuestra vida cotidiana, nos podemos encontrar con muchas situaciones, por pequeñas que parezcan, en las que un abogado nos puede asesorar y solucionar problemas con rapidez y confianza. En esta ocasión traemos como ejemplo un reciente caso de éxito que gestionó nuestra abogada Ana María Pérez Herrero, experta en Consumo.

Equivocarse al repostar un vehículo es un error cada vez menos común, gracias al diseño de los coches, pero todavía posible, especialmente con un coche alquilado, prestado o cuyo modelo se desconoce. Esta equivocación, si bien es subsanable cuanto antes se caiga en ella, puede tener graves consecuencias para el motor en algunas ocasiones. Pero ¿qué ocurre cuando es otra persona la que se equivoca y no nos damos cuenta? ¿Cómo te puede ayudar un abogado en esa situación?

Eso fue precisamente lo que le ocurrió a nuestro cliente, Enrique*, quien acudió a repostar su coche con normalidad a una gasolinera con tal mala suerte de que el empleado de la misma se equivocó, echándole gasolina en lugar de diésel. Sin embargo, en un primer momento, el coche no daba señales de mal funcionamiento, por lo que esa tarde pudo volver a su casa sin incidencias.

Para colmo, Enrique, sin darle importancia, se deshizo del comprobante de la compra poco después de repostar. Como cuenta nuestra abogada, “no fue hasta el día siguiente cuando él se dio cuenta de que algo no iba bien, ya que el coche no arrancaba”.

Cuando se dio cuenta del error, Enrique decidió asesorarse con Legálitas

No obstante, aún en ese momento tampoco cayó en la cuenta de que la causa era el depósito de gasolina y llamó a la grúa proporcionada por su aseguradora, que llevo su coche al taller. Allí, después de revisarlo, dieron con el problema: el vehículo tenía un combustible que no le correspondía.

Fue entonces cuando Enrique supo lo que había sucedido y, como cliente de Legálitas, llamó para recibir asesoramiento. Rápidamente, Ana María contactó con la gasolinera reclamándoles una solución en el plazo de 15 días.

La solución no se hizo esperar, y es que, a los pocos días, nuestro cliente recibió un cheque por los daños ocasionados. A pesar de no contar con el ticket del pago, desde la gasolinera efectivamente asumieron que se había tratado de un error por su parte, y se hicieron cargo tanto de la factura del taller, que ascendió a más de 280 euros, como del importe del repostaje, que fueron 40 euros.

En total, Enrique logró recuperar más de 320 euros. La ayuda de Ana María pudo devolverle rápidamente la tranquilidad que necesitaba y solucionar un asunto que le había causado ciertos quebraderos de cabeza. Incluso en el momento de recibir el cheque, Enrique le comentó a la abogada: “¿Y si es un cheque sin fondos?”. Pero ella lo tranquilizó y, efectivamente, ya ha podido recuperar su dinero.

*El nombre de nuestro cliente ha sido cambiado para proteger su identidad.

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