Aspectos a tener en cuenta antes de invertir en Renta Fija

10 Marzo 2015

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Aunque las características de los productos financieros entre si son muy distintas, existen dos variables esenciales a la hora de analizar una inversión: la rentabilidad y el riesgo.

Sobre la rentabilidad en la renta fija, en primer lugar, es necesario considerar los rendimientos netos, es decir, los rendimientos obtenidos (cobro de cupones) menos los gastos o costes que se soportarán. Habrá que tener en cuenta tanto los costes derivados de la operativa que se quiere realizar (comisiones por la ejecución y liquidación de órdenes), como los costes que nos aplicará la entidad financiera (gastos de administración y depósito/custodia de los activos).

Por otra parte, habrá que considerar el efecto que la fiscalidad tiene sobre la rentabilidad, pues lo relevante para el inversor es el rendimiento neto después de impuestos.

Pero no siempre es posible calcular de antemano esta rentabilidad. En los valores de renta fija con tipo de interés fijo, el inversor puede conocer con certeza los ingresos y gastos asociados a la inversión y calcular exactamente la rentabilidad, siempre que el activo se adquiera en el momento de la emisión y se mantenga hasta su vencimiento (ya que estos activos tienen una duración o plazo de vencimiento/amortización determinados).

Cuando se opera en el mercado secundario de renta fija y sobre todo si lo hace a corto plazo, se debe de considerar el riesgo de que suban los tipos de interés, sobre todo cuanto más plazo falte para la fecha de vencimiento del activo. En estos casos, una subida de los tipos de interés a corto plazo podría generar importantes pérdidas. El mercado secundario de renta fija es aquel mercado donde se negocian activos de renta fija de diferentes características. Es similar a la bolsa cuando hablamos de renta variable (acciones). Por ejemplo, se compran/venden bonos de una empresa posteriormente a su emisión inicial, y su precio podrá ser mayor o menor al precio existente en el momento de la emisión inicial.

El riesgo es el conjunto de factores que pueden determinar que la inversión proporcione una rentabilidad distinta de la esperada. Riesgo significa incertidumbre y esa incertidumbre se traslada al inversor mediante la probabilidad de que la rentabilidad obtenida sea inferior a la inicialmente prevista.

Los productos de renta fija que ofrecen poco riesgo, generalmente, llevan asociados niveles bajos de rentabilidad, aunque no siempre es así ya que un activo de renta fija puede acumular distintas fuentes de riesgo:

El riesgo de tipos y el riesgo de precio. El inversor se somete a un riesgo de tipos o riesgo de precio dependiendo de cuál sea el horizonte temporal de la inversión en relación con la fecha de vencimiento del activo en que se invierte, y las variaciones de tipos de interés que se den en ese periodo de tiempo.

El riesgo de crédito o de insolvencia. Riesgo de que el emisor de un valor no pueda hacer frente a sus pagos, tanto de cupones periódicos como de reembolso del principal, o de que se produzca un retraso en los mismos.

El riesgo de liquidez. En ocasiones podría resultar imposible recuperar el dinero en el momento deseado.

Riesgo de tipo de cambio. Es el riesgo de variación en los tipos de cambio de las divisas.

Es recomendable realizar un análisis de ambas variables antes tomar una decisión de inversión y en caso de tener dudas al respecto contactar con un asesor especializado en la materia.

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