Tengo un negocio de eventos: ¿cómo afronto las cancelaciones?

21 Abril 2020

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#LEGÁLITASCONTIGO | NOTICIAS CORONAVIRUS

Son pocos los sectores en los que la pandemia de la COVID-19 no ha causado un importante impacto. En particular, las empresas dedicadas a organización de eventos, que incluyen negocios de restauración, entretenimiento, distribuidores, proveedores y un largo etcétera, han visto cómo prácticamente la totalidad de su actividad se ha paralizado.

Y es que estamos presenciando cómo gran cantidad de eventos y celebraciones que se habían programado están siendo pospuestas o canceladas de forma inevitable.  El resultado más directo y evidente de ello es que estos negocios dejan de ingresar dinero y, en consecuencia, no permiten la circulación de sus correspondientes cantidades económicas.

Dependiendo de las circunstancias, podemos distinguir varios supuestos destacados, como explica Araceli Durán, abogada de Legálitas:

Si el evento estaba previsto para una fecha durante el estado de alarma:

Es posible que el estado de alarma haya afectado de lleno a un evento programado, como puede ser una boda, un bautizo, una fiesta o un evento de negocios, entre muchos otros. ¿Qué supone ello para la empresa organizadora?

Pues bien, como explica nuestra abogada, si se llega a un acuerdo por las partes para lograr aplazar el evento, no habría ningún problema, y desde luego sería la opción más favorable tanto para la organizadora como para los clientes, es decir, el consumidor final.

 

 

¿Qué ocurre si, a causa del estado de alarma, el evento ha perdido su finalidad?

Puede darse el caso, asimismo, de que el propio estado de alarma y la crisis causada por la COVID-19 hayan supuesto que ese evento ya no tenga su razón de ser. Por ejemplo, puede haber multitud de celebraciones estacionales que no pueden ser aplazadas a otro momento. ¿Qué hacemos, como negocio, en este caso? Debemos saber que el cliente tendría derecho a la resolución del contrato y la devolución de la señal, descontando, eso sí, los gastos justificados que, como organizadores, hubiéramos realizado.

Eventos en el futuro próximo

Por último, otra situación muy común es que la empresa de eventos tenga una serie de celebraciones programadas para los meses próximos, para los cuales se espera que el estado de alarma haya finalizado y, sin embargo, sigue habiendo incertidumbre al respecto, desconociendo si los eventos en cuestión se verán o no afectados por las atípicas circunstancias.

Ante tal incertidumbre y sin saber a ciencia cierta si eventos programados para el futuro sufrirán modificaciones por la crisis sanitaria y las medidas que se adopten desde la administración, la postura más prudente que se deberá tomar como negocio es llegar a un acuerdo y aguardar, observando cómo se desarrollan los acontecimientos.

Tal como desarrolla Araceli Durán, se debe evitar incurrir en cancelaciones masivas, que perjudican tanto a empresas como consumidores.  En su lugar, es recomendable ser prudentes y no realizar dichas cancelaciones hasta tener claro que un evento en cuestión no se podrá celebrar.

Una manera de llevar esto a cabo sería establecer un plazo por ambas partes que fuera prorrogable, para así estar pendientes de las circunstancias y que la cancelación fuera la última opción para considerar.

En cualquier caso, como negocio, deberemos procurar en todo momento buscar las mejores alternativas para que las consecuencias negativas, tanto económicas como sociales, sean lo menores posible, y que protejan los derechos e intereses de todos los implicados.

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