El Cobro de Cheques

Un cheque es un documento por el cual una persona, la que lo expide o emite y lo firma (el librador), ordena a una entidad bancaria  o institución de crédito (el librado) en la que tiene dinero, el pago de una determinada suma a otra persona o empresa (el beneficiario o tenedor).

Cuando una persona pretende ingresar un cheque en su cuenta, generalmente la disponibilidad del dinero se realizará varios días después de que se haya depositado en la oficina bancaria. Es importante tener en cuenta el plazo de cobro que establece la Ley Cambiaria y del Cheque: 15 días desde su fecha de emisión para los emitidos o pagaderos en España.

Por otra parte, hay que decidir cómo se quiere cobrar ese cheque, ya que existen diferentes posibilidades.

• En efectivo.  No hay que pagar comisión, salvo que pretenda cobrar el cheque en una oficina distinta a la de la cuenta del firmante, en cuyo caso le pueden exigir una comisión por comprobación de saldo y firma.
• Abonarlo en una cuenta por la entidad que lo paga, si la tiene abierta. No hay que pagar comisión.
• Abonarlo en una cuenta de una entidad distinta a la que lo paga. Por lo general, le cobrarán comisión.

El banco no puede hacer efectivo el ingreso cuando lo desee, tiene un límite temporal.

• Cuando el cheque entregado es a cargo de la propia entidad, aunque sea una oficina distinta, el ingreso debe ser efectivo en el mismo día de la entrega.

• Cuando el ingreso es a cargo de una entidad bancaria distinta, se establece como límite el segundo día hábil (no se cuentan los domingos y festivos) siguiente a la entrega.

Superados estos límites por el banco, el interesado puede dirigirse a su oficina para reclamar sus derechos.

Si no obtiene respuesta o no es satisfactoria, el interesado tiene la posibilidad de presentar una reclamación ante el defensor del cliente y, en su caso, ante el servicio de reclamaciones del Banco de España.