Autónomo o sociedad mercantil: ¿qué opción me interesa más?

12 Marzo 2020

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Son muchas las dudas que pueden surgir a la hora de iniciar una actividad profesional, y que tanto como autónomo o como sociedad podemos decantarnos por diversas fórmulas jurídicas. Aunque la decisión quizá sea más estratégica o económica, las principales figuras son la de autónomo o la de sociedad mercantil. Por eso es importante tener claras las diferencias entre ellas para saber cual pueden encajar mejor con nuestro negocio, y que como norma general se van a diferencias en el volumen y tamaño del mismo.

 

Para empresas de reducido tamaño, ser autónomo podría ser lo más aconsejable, puesto que permitirá comenzar la actividad profesional con un menor número de trámites legales. Pero hay que tener en cuenta que, sin embargo, la responsabilidad es el gran inconveniente ya que el autónomo responderá con todo su patrimonio frente a los posibles problemas.

 

Esta es la gran diferencia con las sociedades mercantiles, ya que las sociedades se regulan por otro tipo de impuestos y sus miembros tienen otro nivel de responsabilidad, que es exactamente hasta lo aportado al capital social. Además, suelen tener una mayor facilidad de acceso a subvenciones o financiación bancaria. 

 

Es importante tener en cuenta estos aspectos para optar por la fórmula jurídica que mejor se adapte a nuestra empresa, sin olvidar que siempre tenemos la posibilidad de cambiar la misma en caso de que nuestro negocio se vaya haciendo más “grande”.

 

¿Puedo empezar como autónomo y luego convertirme en sociedad?

Esta puede ser una de las opciones que la mayoría de los emprendedores valoren al empezar su negocio, es una opción a tener en cuenta ya que permite valorar que, si los ingresos aumentan porque la actividad poco a poco se va consolidando, merezca la pena constituir una sociedad para pasar a tributar por el Impuesto sobre Sociedades. De esto modo cuando veamos que el importe de los beneficios obtenidos es alto, podremos pasar a constituir una sociedad para obtener ventajas fiscales.

 

Hay que tener presente que, dentro del tipo de sociedades, hay que ver cada una de ellas, para constituir la que mejor se adapte a nuestras circunstancias y expectativas. Además, es importante saber que la constitución de una sociedad exige trámites más específicos que el darse de alta como autónomo.

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